viernes, 29 de abril de 2016

La vida laboral independiente


Mucho  se ha  escrito sobre la experiencia del trabajo ó también llamado Home Office.  Sin duda esta nueva  tendencia en el mundo laboral presenta ventajas y desventajas para quienes deciden ponerla en práctica.  Sobre el tema  tenemos a nuestro alcance artículos y publicaciones  de todo lo que debemos tomar en cuenta  para desempeñarnos profesionalmente en esta forma.

En esta serie de escritos yo  no  ofrezco  tips  de éxito, ni mucho menos reglas de oro  a seguir.  En  cambio presento la experiencia de transición de un trabajo “normal y estable” al trabajo independiente ó  también denominado Freelance.

PRINCIPIO
Como todo tipo de cambio en la vida  que inicia con el fin de una etapa, lo mismo me sucedió. Ante el cierre de mi lugar de trabajo, un día el panorama de mi escenario laboral cambió completamente a una  nada.

Meses después de mi despido, empezaron  a contactarme clientes de mi  antiguo trabajo y con ellos propuestas de trabajo y de colaboraciones en proyectos. De repente empecé  a ser invitada a eventos, conferencias, mesas y reuniones de  trabajo,  tanto del sector público como del privado, para tratar asuntos de temas en los cuales me desempeñaba en mi antiguo lugar de trabajo.

Asistí a “desayunos” y “cenas” donde se trataban ideas de proyectos  y de iniciativas innovadoras para beneficio de la comunidad. La mayoría de estas iniciativas lideradas por mujeres.

Sobre la marcha en este nuevo camino, fui observando e identificando mis habilidades, las reuniones me ayudaron a reforzar  las de diálogo y concertación entre diferentes intereses y objetivos. Pues entre las primeras cosas que te enfrentas como freelance  es a romper con la rutina de hacer trabajo de oficina  bajo el control de tus condiciones y otra muy diferente  llevarlo a cabo  en un mismo tiempo ante un grupo de personas con diferentes ideas, propuestas y visiones todas encaminadas a un mismo fin  y que tienen las expectativas de que tu ayudaras a unificarlas y entenderlas.

En esta dinámica continúe  experimentando lo que aun no alcanzaba a definir como un trabajo independiente. Con los contactos empezaron a llegar las propuestas de proyectos, ideas programas, etc. te das cuenta de que ya no tienes jefes/as,  director/a, sino que  ahora tú ocupas  ese y todos los puestos de jerarquía, fuera del sistema acostumbrado, y que ya no necesitas de una autorización ó de un visto bueno para entregar el trabajo que te solicitaron. Tú decides  y acaparas toda la responsabilidad de la presentación, realización y resultados obtenidos.


Otro cambio trascendental en la vida laboral de independiente, se relaciona con el espacio físico donde realizar tus actividades. Durante el cumplimiento de mis nuevas tareas, de repente ví en mi pequeña casa improvisada una  oficina. Y ahora otra característica es que todo bajos mi propio gasto económico, internet, energía eléctrica, teléfono fijo, cafetera y que no falte el café!. Mi pequeño escritorio de repente se vio rebosante entre papeles, impresora, folders. Así que poco a poco  fue  el acondicionamiento del lugar de trabajo y de esta forma poco a poco con estos primeros cambios han sido más de cinco años de  estar en este universo “Freelance”.  

Karla GOMAT / Antropóloga Free

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